Hola, mi nombre es Laura Vazquez. Personalmente no soy Gótica, es más, no me considero parte de ninguna tribu; simplemente quiero dejarles algo que encontré al respecto, ya que amo las imagenes góticas, y quería compartirlas con ustedes...
Doncellas, Hombres-Lobo y Vampiros
La ficción gótica es conocida también como “horror gótico” y se trata de un género literario que combina elementos del horror y del romance. Como tal, se cree que ha nacido de la pluma del escritor inglés Horace Walpole, autor de la novela “El castillo de Otranto”, que data de 1764.
El efecto de la ficción gótica deriva de una clase de miedo que podría caracterizarse como “terror agradable”, una proyección de los placeres esencialmente románticos relacionados con la época en que está contextualizada la novela de Walpole.
El melodrama y la parodia –incluyendo la autoparodia– fueron otras características, durante muchos años, del gótico iniciado por Walpole. Cabe destacar que la literatura gótica se asocia íntimamente con el resurgimiento de la arquitectura de la misma época.
De forma similar a la revitalización del estilo gótico en las artes plásticas –que incluyeron el rechazo de la claridad y del racionalismo aportados por la tendencia neoclásica del Iluminismo–, el gótico literario incorpora su aprecio por los sentimientos de emoción extrema, una combinación del terror con lo sublime.
Por otra parte, las ruinas de edificios góticos dieron lugar a múltiples emociones ligadas al decaimiento y derrumbamiento inevitable de las creaciones humanas, lo cual llevó a agregar “ruinas falsas” a numerosos parques y paisajes anglosajones.
Los protestantes ingleses asociaron a menudo los edificios medievales con aquello que creían oscuro y terrorífico, caracterizado por rígidas leyes que incluían la tortura, los rituales misteriosos, fantásticos y supersticiosos. En literatura, este anticatolicismo tuvo anclaje en Europa a través de los excesos católicos de la Inquisición en países meridionales como España e Italia.
Los rasgos privilegiados por la ficción gótica son el terror –tanto psicológico como físico–, el misterio, lo sobrenatural, los fantasmas, las casas encantadas de arquitectura gótica, los castillos, la oscuridad, la muerte, la locura, los secretos y las maldiciones hereditarias.
Por otra parte, los personajes comunes de la ficción gótica incluyen tiranos, bandidos, maníacos, héroes byronianos, doncellas perseguidas, mujeres fatales, locas, vampiros, magos, hombres-lobo, monstruos, demonios, vengadores, fantasmas, esqueletos ambulantes, judíos errantes y el propio Diablo.
Rasgos de la Ficción Gótica
El vocablo “gótico” comenzó a ser aplicado al género literario porque éste desarrolló motivos donde se manifestaron extremos emocionales o temas oscuros y porque encontró su correspondencia en edificios de ese estilo, donde se ambientaban las tramas, tales como castillos, mansiones y monasterios, frecuentemente remotos y devastados, en ruinas.
Fue la fascinación por este tipo de arquitectura, arte, poesía e incluso jardinería ornamental la que inspiró las primeras creaciones de los novelistas góticos.
Por ejemplo, Horace Walpole –cuya obra “El castillo de Otranto” (1764) es con frecuencia considerada la primera auténtica novela gótica– estaba obsesionado con la arquitectura gótica medieval, e incluso construyó su propia casa, llamada Straberry Hill (Colina de Fresa), reviviendo el estilo gótico.
Su objetivo explícito era combinar elementos del romance medieval, que juzgaba muy fantasioso e imaginativo, con la novela moderna, que en su opinión era excesivamente realista.
El esquema básico de sus argumentos novelescos incluía un misterio amenazante, una maldición ancestral, la presencia de pasajes ocultos y de heroínas desfallecientes.
La primera edición de su obra fue publicitada como un verdadero romance medieval italiano, descubierto y reeditado por un traductor ficticio. Pero cuando Walpole admitió su autoría en la segunda edición, la recepción originalmente favorable se convirtió en rechazo automático por parte de las casas editoriales.
La presencia de elementos supersticiosos, sin intención didáctica, fue interpretada como un gesto inadmisible dentro de la producción moderna, contraria a los principios del Iluminismo.
Más tarde la escritora Clara Reeve, más conocida por su obra “El viejo barón inglés”, tomó el esquema argumental de Walpole y lo adaptó a la demanda de su época, equilibrando la presencia de elementos fantásticos con el realismo del siglo XVIII.
Sin embargo, la inquietud que se desató fue si los acontecimientos sobrenaturales que no eran tan evidentemente absurdos como en la obra de Walpole llevarían a las mentes más simples a creerlos posibles. La técnica empleada por la escritora Ana Radcliffe, en cuyas obras cada elemento aparentemente sobrenatural resulta finalmente explicado por causas naturales, fue aceptada por los revisores literarios de las editoriales inglesas de la época.
Radcliffe hizo socialmente aceptable al “nuevo gótico”, lo cual resultó irónicamente seguido por una rápida degradación del renombre del género. Su éxito atrajo a muchos imitadores de baja calidad, que pronto llevaron a forjar la opinión general del género como productor de una literatura inferior, formulista y estereotipada.
Novelas del Estremecimiento
Entre otros varios elementos novedosos, la escritora inglesa Anne Radcliffe introdujo la figura del bandido gótico, que se convirtió en el héroe byroniano. Sus novelas –en especial, “Los misterios de Udolfo”– fueron bestsellers, pero subestimadas por la gente culta por considerarlas un entretenimiento comercial para divertir al público femenino, a pesar de la gran cantidad de seguidores y lectores masculinos.
Uno de los diálogos incluidos por Jane Austen en su novela “La abadía de Northanger”, escrita en 1798, alude a este tema. Su personaje Henry afirma que “Toda persona, sea caballero o dama, que no se otorgue el placer de una buena novela, debe ser intolerablente estúpida. Conozco la obra completa de la señora Radcliffe, la mayoría de cuyos textos leí con enorme placer. Cuando comencé a leer “Los misterios de Udolfo” no pude interrumpir su lectura. Recuerdo haber terminado el libro en dos dos días”. Y su interlocutora, Catherine, le responde “Estoy muy contenta de escucharlo y ahora nunca me avergonzaré de reconocer que Udolfo también me place”.
Pero además, Anne Radcliffe proporcionó una estética de la cortesía para el género, tal como explica en su influyente artículo teórico titulado “Acerca de lo sobrenatural en la poesía” publicado en La Nueva Revista Mensual 7, del año 1826, al analizar la distinción y correlación existente entre el horror y el terror en la ficción gótica.
Contemporáneamente al gótico inglés, los movimientos literarios románticos de la Europa continental forjaron la “novela negra” (the black novel) en Francia. Sus principales exponentes fueron François Guillermo Ducray-Duminil, Gastón Leroux, Baculard d' Arnaldo, y Stéphanie Félicité Ducrest de St-Albin, señora de Genlis y de la Schauerroman (o novela del estremecimiento).
Por otra parte, en Alemania destacaron escritores como Friedrich Schiller (autor de “El Fantasma-Adivino”, publicada en 1789) y Christian Heinrich Spiess. Estas obras resultaron incluso más violentas y aterrorizadoras que la novela gótica inglesa.
Continuadores del Horror Gótico
La fruta predilecta dentro de la cosecha de “horrores continentales” fue Matthew Gregory Lewis, creador de una célebre obra espeluznante sobre el libertinaje monástico, la magia negra y los actos diabólicos que se titula “El monje” (1796).
Sin embargo, la novela de Lewis se puede leer como una parodia astuta e irónica de este género emergente. De hecho, resulta necesario destacar que la auto-parodia es un rasgo constitutivo de la literatura gótica desde sus inicios, a partir de la célebre novela de Horace Walpole.
La narración de Lewis aterró a algunos lectores contemporáneos; no obstante su representación de monjes depravados, inquisidores sádicos y monjas espectrales –así como su opinión calumniosa de la iglesia católica– , el anti-catolicismo fue un desarrollo importante dentro del género, que influenció a la escritora Anne Radcliffe en su última novela titulada “El italiano” (1797).
En este libro, los desgraciados protagonistas son atrapados en una red de engaños por un monje llamado Schedoni y arrastrados ante los tribunales de la Inquisición en Roma. La obra llevó a un crítico contemporáneo a comentar que si Radcliffe deseaba superar el horror de sus propias escenas debía visitar el mismo infierno.
También el Marqués de Sade utilizó un marco gótico para buena parte de su ficción. Lo llevó a cabo de manera notable en “Las desgracias de la Virtud” y en “Eugenie de Franval”, aunque el marqués mismo nunca pensó sus obras como parte del horror gótico.
Por el contrario, Sade criticó al género en el prefacio de sus “Reflexiones acerca de la novela” (1800), plenamente aceptadas en la actualidad. Allí expresa que el gótico es el producto inevitable del impacto revolucionario bajo el que resonaba Europa.
Esta correlación entre el movimiento revolucionario francés y el terror gótico, representada por la escritura de Radcliffe y Lewis, fue observado también por los críticos contemporáneos del género, como Wright (2007).
Finalmente, el Marqués de Sade consideraba “El Monje” como un texto superior al trabajo de Anne Radcliffe. Otros escritores notables dentro de la tradición continental incluyen a Jan Potocki (1761-1815) y a E.T.A. Hoffmann (1776-1822).
El Horror en los Románticos
Otras contribuciones al género gótico fueron proporcionadas por el trabajo de los poetas románticos. Los ejemplos fundamentales son Coleridge y Keats, en cuyas obras se incluyen misteriosas damas videntes, entre otros personajes de originalidad.
La poesía, las aventuras románticas y la personalidad de Lord Byron, caracterizados por el desprecio de su amada Caroline Lamb (para quien tales escritos eran “locos, malos y peligrosos de conocer”) fue otra inspiración para el horror gótico, proporcionando el arquetipo del héroe byroniano, especialmente en sus textos escritos bajo el seudónimo Lord Ruthven, en la novela gótica “Glenarvon” (1816).
Byron ofició también de anfitrión en la competencia de historias fantasmales celebrada junto a Percy Bysshe Shelley, Mary Shelley y John William Polidori en la Villa Diodati, próxima al Lago Ginebra, en el verano de 1816. Esta ocasión resultó productiva para la creación de “Frankenstein” de Mary Shelley (1818) y “El Vampiro” de Polidori (1819).
Esta última historia revive a Lord Ruthven, pero esta vez como vampiro. Cabe destacar que la obra de Polidori ha sido considerada por el crítico cultural Christopher Frayling como uno de los trabajos más influyentes de la ficción de todos los tiempos, cuyo magisterio no ha cesado al día de hoy.
Por otra parte, la novela de Mary Shelley –aunque influenciada claramente por la tradición gótica– a menudo es considerada como la primera novela de ciencia ficción, a pesar de la omisión de cualquier explicación científica para informar acerca de la animación de monstruo.
Un último ejemplo de gótico tradicional es “Melmoth el vagabundo” (1820), escrito por Charles Robert Maturin, obra que combina temas del anticatolicismo con la presencia del héroe byroniano descastado y marginal.
El Gótico Victoriano
Aunque se afirma a veces que el Gótico se consumó antes de la era victoriana para declinar más tarde ante la ficción de horror barata al estilo “Penny Blood” o “Penny dreadful” –ejemplificada por la novela en serie “Varney el vampiro”– en varios aspectos el gótico entró en su etapa más creativa durante la era victoriana, aunque es verdad que no fue el género literario dominante (de hecho, su popularidad había comenzado a mermar frente al éxito de la novela histórica).
Con frecuencia, los victorianos llamaron a sus novelas con el calificativo “gothick” para distinguirlas del auténtico “gothic”. Críticos influyentes como John Ruskin, lejos de denunciar su oscurantismo medieval, elogiaron la imaginación y la fantasía ejemplificadas por los escenarios de arquitectura gótica, que influenciaron a los pre-rafaelitas.
Lectores y críticos recientes también han comenzado a reconsiderar cierto número de ficciones antes subestimadas, consideradas de pésima calidad o directamente “terribles”, previamente pasadas por alto como las pertenecientes a la serie “Penny Blood” y “Penny dreadful”.
Autores como G.W.M. Reynolds fueron adquiriendo lentamente un lugar importante como testimonio del desarrollo urbano particular del gótico victoriano, un área dentro de la cual existen coincidencias interesantes con algunas lecturas de la obra de Dickens, entre otros escritores contemporáneos.
La relación formal entre estas ficciones –juzgadas habitualmente como insumo para audiencias de clase obrera– y las ficciones sensacionalistas incluidas en periódicos para la clase media constituyen documentos dignos para una investigación seria.
Un importante re-intérprete innovador del gótico, en este período, fue Edgar Allan Poe, quien creía que “el terror no es de Alemania, sino del alma”. Su narración “La caída de la casa de Usher” (1839) explora estos terrores espirituales a la vez que reelabora motivos góticos clásicos como la decadencia aristocrática, la muerte y la locura.
Por otra parte, la villanía legendaria de la Inquisición española, explorada previamente por Radcliffe, Lewis y Maturin, es retomada en “El hoyo y el péndulo” (1842). La influencia de Ann Radcliffe es también perceptible en “El retrato oval”, del mismo autor y de idéntico año, además de incluir una alusión en su homenaje, en el propio texto.
Finalmente, también la influencia del romanticismo byroniano es evidente en Poe, así como en la obra de las hermanas Brontë.
El Gótico Femenino
La célebre novela de Emily Brontë “Cumbres borrascosas”, escrita en 1847, transporta el gótico al prohibido Yorkshire Moors y ofrece apariciones fantasmales, así como un antihéroe byroniano encarnado en la persona del demoníaco Heathcliff, mientras que la obra de su hermana Charlotte, “Jane Eyre” –escrita en el mismo año– agrega el personaje de la loca en el tejado, otro arquetipo de la ficción gótica.
Cabe destacar que la ficción de las hermanas Brontë es considerada por algunos críticos feministas como ejemplos característicos del Gótico Femenino, porque exploran las trampas a las que se encontraban propensas las mujeres en el espacio doméstico así como su sujeción a la autoridad patriarcal. También, los peligrosos y transgresores intentos de derribar y escapar de tales restricciones masculinas.
La Jane Eyre de Charlotte, así como la Cathy de Emily, son ambos ejemplos de mujeres protagonistas “apresadas” dentro de su rol femenino.
La ficción gótica de Louisa May Alcott titulada “Una larga persecución fatal del amor” –escrita en 1866 pero publicada en 1995– es también un interesante especimen de este subgénero.
Por otra parte, los cuentos de Elizabeth Gaskell “La condena de los Griffiths” (1858), “La bruja Lois” y “La mujer gris” emplean uno de los temas más comunes de la ficción gótica: el poder de los pecados ancestrales en la condena de las futuras generaciones.
Gótico Irlandés y Vampirismo
El bandido melancólico, la mansión prohibida y la heroína perseguida en la obra de Sheridan Le Fanu “Tío Silas” (1864) demuestra la influencia directa tanto de “El castillo de Otranto” de Horace Walpole como de “Los misterios de Udolpho” de Ann Radcliffe.
La colección de narrativa breve de Le Fanu “Oscuramente, en un vidrio” (1872) incluye el magnífico cuento de vampiros titulado “Carmilla”, que proporcionó sangre fresca a ese subgénero particular del Gótico que influenció la obra cumbre de Bram Stoker, “Drácula” (1897).
Según el crítico literario Terry Eagleton, Le Fanu –junto a su precursor Maturin y a su sucesor Stoker– dieron forma a un género secundario del Gótico irlandés, en cuyas historias los castillos se ubican en un paisaje estéril con la actuación de remotos aristócratas que dominan un paisanaje atávico, lo cual representa en forma alegórica el apuro político de Irlanda colonial sujeto a la predominancia protestante.
Gótico Irlandés y Vampirismo
Este subgénero tuvo una fuerte influencia también en escritores más reconocidos como Charles Dickens, que leyó las novelas góticas de adolescente e incorporó su atmósfera melancólica y el melodrama en sus propios trabajos, trasladándolos a un contexto más moderno y a un ambiente urbano.
Su trabajo más evidentemente gótico es su novela tardía “El misterio de Edwin Drood” (1870). El humor y los temas de la novela gótica despertaron una fascinación particular entre los victorianos, con su obsesión mórbida por los rituales de luto, los recuerdos y la mortalidad en general.
Por otra parte, la década de 1880 vio renacer al gótico como un poderoso género literario aliado a la decadencia del fin de siglo. Los trabajos clásicos de este período incluyen los de Robert Louis Stevenson “El extraño caso del Dr. Jekyll y de Sr. Hyde” (1886), “El retrato de Dorian Gray” de Oscar Wilde (1891), “Trilby” de George du Maurier (1894), “Otra vuelta de tuerca” de Henry James (1898) así como los relatos de Arthur Machen.
Pero el más famoso villano gótico se lo debemos a Bram Stoker: se trata del conde Drácula. Este escritor, además, estableció a Transilvania y a Europa del Este como el locus (lugar) clásico de la nueva ficción gótica.
En Estados Unidos, dos escritores notables de fines del siglo XIX también deben incluirse dentro de la tradición gótica. Ellos son Ambrose Bierce y Robert W. Chambers. Los relatos cortos de Bierce continúan la tradición pesimista de horror de Poe. Chambers, en cambio, se complace con el estilo decadente de Wilde y Machen (al punto de incluir un personaje llamado Wilde en su obra “El rey de amarillo”).
Por último, es necesario mencionar que los goticos victorianos ficcionalizaron los miedos o amenazas contemporáneos como la degeneración ética y cuestionaron las estructuras sociales de su época.
Parodias del Gótico
Los excesos, los estereotipos y las absurdidades frecuentes del gótico tradicional allanaron el terreno para la sátira. La más famosa parodia del gótico es la obra de Jane Austen titulada “La abadía de Northanger” (1818), cuya ingenua protagonista, tras la lectura de demasiada ficción gótica, se cree la heroína de una novela de Ann Radcliffe e imagina asesinatos y villanías en todas partes, aunque la verdad resulta ser mucho más prosaica.
Esta novela de Jane Austen debe incluirse en una lista de tempranos trabajos dentro de la ficción gótica que se conocen como “Las novelas de horror de Northanger”:
Parodias del Gótico
“El nigromante o, el cuento del bosque negro” (1794) de Ludwig Flammenberg (seudónimo de Carl Friedrich Kahlert); “Misterios horribles” (1796) del Marqués de Grosse; “El castillo de Wolfenbach” (1793) de Eliza Parsons; “La advertencia misteriosa, un cuento alemán” (1796) por Eliza Parsons; “Clermont” (1798) de Regina Maria Roche; “El huérfano del Rin” (1798) de Eleanor Sleath y “La campana de medianoche” (1798) de Franciso Lathom.
Estos libros, con sus títulos espeluznantes, son probables creaciones de Jane Austen, aunque la investigación posterior de Michael Sadleir y de Montague Summers confirma la existencia de tales escritores así como el interés renovado por el gótico. Todos estos títulos han sido recientemente publicados por la editorial Valancourt Press, en el año 2007.
Otro ejemplo de parodia gótica con un estilo similar es “La heroína” de Eaton Stannard Barrett (1813). La protagonista Cherry Wilkinson, que posee un bagaje de lecturas parecidas al caso mencionado previamente, también se cree heroína de una novela gótica.
De esta manera, ella percibe y modela la realidad según los estereotipos y las estructuras típicas del argumento de la novela gótica tradicional, llevando a una serie de acontecimientos absurdos que culminan en una catástrofe.
Tras la caída, sus fantasías se someten a la voz de la razón con la guía de Estuardo, una figura paternal bajo cuya dirección la protagonista recibe una educación y una sana corrección de sus creencias y gustos erróneos.
Ejemplos Prominentes del Gótico
El castillo de Otranto (1764) de Horace Walpole
Vathek, un cuento árabe (1786) de William Thomas Beckford
Los misterios de Udolpho (1794) de Ann Radcliffe
Caleb Williams (1794) de William Godwin
El monje (1796) de Matthew Gregory Lewis
El espectro del castillo (1797) de Matthew Gregory Lewis
El italiano (1797) de Ann Radcliffe
Clermont (1798) de Regina Maria Roche
Wieland (1798) de Charles Brockden Brown
Los niños de la abadía (1800) de Regina Maria Roche
Manuscrito encontrado en Zaragoza (1805) de Jan Potocki
Frankenstein (1818) de Mary Shelley
El vampiro, un cuento (1819) de John William Polidori
Melmoth el vagabundo (1820) de Charles Robert Maturin
Confesiones de un fumador de opio (1821) de Thomas de Quincey
Memorias y confesiones de un pecador justificado (1824) de James Hogg
¡La momia! Un cuento del siglo XXII (1827) de Jane Webb Loudon
El buen joven Brown (1835) de Nathaniel Hawthorne
El velo negro del ministro (1836) de Nathaniel Hawthorne
La nave fantasma (1839) de Frederick Marryat
La caída de la casa de Usher (1839) de Edgar Allan Poe
El corazón delator (1843) de Edgar Allan Poe
Los monjes de Monk Hall (1844) de George Lippard
Cumbres borrascosas (1847) de Emily Brontë
Jane Eyre (1847) de Charlotte Brontë
Villette (1850) de Charlotte Brontë
Cuentos góticos (1850-1859) de Elizabeth Gaskell
El pie de la momia (1863) de Théophile Gautier
Carmilla (1872) de Sheridan Le Fanu
El extraño caso de Dr. Jekyll y Mr. Hyde (1886) de Robert Louis Stevenson
El retrato de Dorian Gray (1891) de Oscar Wilde
El Horla (1887) de Guy de Maupassant
El mural amarillo (1892) de Charlotte Perkins Gilman
Drácula (1897) de Bram Stoker
Otra vuelta de tuerca (1898) de Henry James
El fantasma de la ópera (1910) de Gaston Leroux
La guarida del gusano blanco (1911) de Bram Stoker
Rebecca (1938) de Daphne du Maurier
Las puertas de hierro (1945) de Margaret Millar
Otras voces, otros cuartos (1948) de Truman Capote
La lotería y otros (1951) de Shirley Jackson
Gormenghast (1946–1959)de Mervyn Peake.
Otras Obras relevantes de Ficción Gótica
El fantasma de Hill House (1959) de Shirley Jackson
Hemos vivido siempre en el castillo (1963) de Shirley Jackson
El unicornio (1963) de Iris Murdoch
El bebé de Rosemary (1967) de Ira Levin
Gente costosa (1968) de Joyce Carol Oates
El último verano (1968) de Evan Hunter
No mires ahora (1970) de Daphne du Maurier
Las esposas de Stepford (1972) de Ira Levin
22 Hallowfield (1974) de Doris Shannon
Julia (1975) de Peter Straub
La casa de la puerta de al lado (1976) de Anne Rivers Siddons
El resplandor (1977) de Stephen King
Historia de fantasmas (1979) de Peter Straub
Clara Reeve (1979) de Thomas M. Disch
Bellefleur (1980) de Joyce Carol Oates
La tierra de las risas (1980) de Jonathan Carroll
El sin nombre (1981) de Ramsey Campbell
Los elementales (1981) de Michael McDowell
Espíritu familiar (1983) de Lisa Tuttle
El sitio (1986) de T. M. Wright
Los huesos de la luna (1988) de Jonathan Carroll
La historia secreta (1992) de Donna Tartt
Elephantasm (1993) de Tanith Lee
El pequeño amigo (2002) de Donna Tartt
Velas ardiendo (2006) de Tabitha King & Michael McDowell
La caja con forma de corazón (2007) de Joe Hill
Camino fantasma (2007) de Rebecca Stott.
El Legado Post-Victoriano
Escritores ingleses notables del siglo XX que pueden ser incluidos dentro de la tradición gótica son Algernon Blackwood, William Hope Hodgson, M.R. James, Hugh Walpole y Marjorie Bowen.
En Estados Unidos, las revistas de ficción pulp (pulp fiction) como Weird Tales reeditaron cuentos clásicos de horror gótico del siglo anterior, escritos por autores como Poe, Arthur Conan Doyle, Edward Bulwer-Lytton e imprimieron nuevas historias de autores modernos que ofrecían reelaboraciones dentro del mismo género.
El más significativo de éstos fue H. P. Lovecraft, que también escribió un estudio excelente sobre la tradición gótica y sobrenatural del horror titulado “Acerca del horror sobrenatural en la literatura” (1936).
El Legado Post-Victoriano
Por otra parte, el protegido de Lovecraft, Robert Bloch, contribuyó a Weir Tales (Cuentos Extraños) con “Psycho” (1959), obedeciendo a los intereses clásicos del género. Y el propio gótico condujo a la ficción de horror moderna, considerada por algunos críticos como una rama del gótico.
Cabe destacar que muchos escritores modernos de horror (o, incluso, de otros tipos de ficción) exhiben una “sensibilidad gótica” como por ejemplo Anne Rice o Stephen King.
Durante el siglo XX, el perfil romántico del gótico fue aprovechado por Daphne du Maurier en su obra “Rebecca” (1938), reelaborando motivos de “Jane Eyre”, de Charlotte Brontë. Otros libros de du Maurier como “Jamaica Inn” (1936) también revelan un costado gótico evidente. Cabe destacar que la ficción de Du Maurier inspiró una corriente sustancial del llamado “Gótico Femenino”.
Los romances góticos de esta línea llegaron a ser populares durante los años ´50, ´60 y ´70 con autores John Aiken, Dorothy Eden, Dorothy Fletcher, Victoria Holt, Barbara Michaels, Maria Stewart y Jill Tattersall.
Aunque los autores eran especialmente mujeres, algunos hombres escribieron romances góticos bajo seudónimos femeninos. Por ejemplo, los prolíficos “Clarissa Ross” y “Marilyn Ross” eran apodos del escritor Dan Ross. Fuera de compañías editoriales como Lovespell, actualmente muy pocos libros son publicados bajo el mencionado término genérico de “gótico femenino”.
El género también influenció la escritura estadounidense para la creación del Género Gótico Meridional, que combina algunas sensibilidades góticas (tales como el grotesco) con el estilo de las ciudades del sur de Norteamérica.
Algunos ejemplos notables son William Faulkner, Harper Lee y Flannery O'Connor. Escritores estadounidenses contemporáneos destacables son Joyce Carol Oates, con novelas como “Bellefleur”, “A Bloodsmoor Romance” y colecciones de relatos breves como “Night-Side”.
Escritores y Música Gótica del Siglo XX
El gótico meridional de Ontario utilizó la misma sensibilidad gótica victoriana pero aplicada al contexto cultural canadiense. Robertson Davies, Alice Munro, Barbara Gowdy y Margaret Atwood han escrito trabajos notables dentro de esta línea.
Otro escritor dentro de la mentada tradición gótica es Henry Farrell, cuyo trabajo más conocido es la novela de horror hollywoodense “¿Qué le sucedió al bebé Jane? (1960).
Escritores y Música Gótica del Siglo XX
Prominentes escritores británicos contemporáneos dentro de la tradición gótica son Susan Hill –autora de “La mujer de negro” (1983)– y Patrick McGrath, autor de “El grotesco” (1989).
Por otra parte, cabe destacar que los temas del gótico literario se han traducido a otros medios tales como el teatro y han evidenciado un renacimiento notable en películas de terror góticas del siglo XX, como varios clásicos de la década del ´30.
La música rock-and-roll del siglo XX también tuvo su costado gótico. Por ejemplo, Black Sabbath creó un sonido oscuro, siempre distintivo de su estilo. Por otra parte, textos de escritores góticos como H.P. Lovecraft también fueron utilizados como letras musicales del rock gótico y bandas de heavy-metal, especialmente de black metal, thrash metal –por ejemplo el grupo Metallica, con “El llamado de Ktulu”– death metal y gothic metal.
Un último ejemplo destacable lo constituye el músico de heavy metal King Diamond, quien estila contar historias plagadas de horror teatralizando tópicos del satanismo y del anticatolicismo en sus composiciones.
Cultura gótica
La cultura gótica es una de las subculturas contemporáneas que se encuentran en muchos países. Comenzó en el Reino Unido a principios de los ’80 con la escena roquera gótica, antecedente del género punk. La cultura gótica se diferencia de otros grupos de la misma época, sobrevivió y sigue diversificándose. Su imaginería y tendencias culturales tomaron influencias de la literatura decimonónica gótica, de las películas de terror y, a un nivel menor, de la cultura BDSM.
La cultura gótica posee gustos asociados en lo que refiere a música, estética y moda, aunque no todos los individuos que comparten estos gustos son miembros de esta cultura. Posee un número de estilos distintos. Es común a todos los grupos la tendencia hacia un sonido lúgubre, místico. Los estilos de vestimenta van desde el victoriano, punk, andrógino, hasta los atuendos renacentistas y medievales. Suelen usar ropa, maquillaje y cabello negros.
Cultura gótica
Orígenes y desarrollo
Hacia fines de los ’70 eran pocas las bandas punk que llevaban la etiqueta de ‘góticas’. Sin embargo, no fue sino hasta comienzos de los ’80 que el rock gótico se convirtió en un subgénero dentro del post-punk y los seguidores de estas bandas comenzaron a fijarse como un movimiento distinto. El grupo tomó su nombre de un artículo publicado en la revista de rock inglesa ‘Sounds’, titulado ‘The Face of punk gothique’. Fue escrito por Steve Keaton y lo publicaron el 21 de febrero de 1981. La apertura de la Baticueva en el Soho de Londres en Julio de 1982 pasó a ser el punto de encuentro para la escena emergente. El término ‘Batcaver’ (en castellano algo así como ‘Baticueverino’) fue usado posteriormente para describir a la vieja escuela de los góticos.
Independientemente de la escena inglesa, el final de los ’70 y el principio de los ’80 vieron la separación del rock ‘death’ del punk americano. En los '80 y los '90 aparecieron miembros de una subcultura alemana que recibieron el nombre de ‘Grufties’ (en castellano: 'criaturas de la ‘tumba’). Se trataba de una fusión del gótico, la nueva ola y la influencia del nuevo romanticismo, todo lo cual formó los preliminares de la ‘cultura dark’.
Cultura gotica después del post-punk
Tras el decrecimiento de la popularidad del post-punk, los góticos se diversificaron tanto a nivel musical como visual. Esto generó variaciones en los ‘tipos’ de góticos. La escena local también contribuyó a estos cambios. En los ’90, se renovó la popularidad de la moda victoriana en la escena gótica, tomando elementos del renacimiento gótico del siglo XIX y de los aspectos mórbidos de la cultura victoriana.
Límites culturales actuales
En los ’90, el término ‘gótico’ y los límites del grupo generaron polémicas. Surgieron nuevas subculturas, o se hicieron populares otras, y los medios de comunicación los agruparon bajo un mismo rótulo. Esto se debió a las semejanzas en su apariencia, costumbres sociales y modas, pero no a los géneros musicales de las bandas asociadas a ellos. Con el tiempo, el término se extendió más y más en el uso popular, llegando a definir a grupos que no tenían ninguna relación con la cultura gótica original. Esto llevó a la introducción de términos góticos especializados. Dicha jerga es usada por los góticos para definir y etiquetar miembros de culturas relacionadas o no.
Cultura gotica después del post-punk
La respuesta de estos pseudos-grupos a la cultura originaria varía. Algunos expresan su ofensa al ser llamados ‘góticos’, ya que consideran que pertenecen a un grupo totalmente separado; otros, eligen unirse a la subcultura existente en sus propios términos y adaptan la idea a su propia imagen. Incluso dentro de la subcultura original, las tendencias cambiantes añadieron complejidad a la definición de los límites.
La escena gótica
Las bandas que comenzaron a aparecer en la escena gótica eran pocas en un comienzo. Entre ellas se incluían: Bauhaus, Specimen, Siouxsie & the Banshees, The Damned, Southern Death Cult, Ausgang, Sex Gang Children, 45 Grave, UK Decay, The Virgen Prunes, Kommunity FK, Alien Sex Fiend and Chritian Death, Gloria Mundi, Joy Division, The Cure, This Mortal Coil, Dead Can Dance, Mittageisen, Early Adam and the Ants y Killin Joke.
Hacia mediados de los ’80 el número de bandas comenzó a proliferar y volverse popular, entre ellas The Sisters of Mercy, The Misión, XMal, Deutshland, The Bolshoi y Fields of the Nephilim. Los 90 vieron el crecimiento de las bandas de la década anterior, además del surgimiento de nuevas bandas. Factory Records, 4AD Records y Beggar Banquet Records estrenaron gran parte de su música en Europa, mientras que Cleopatra Records se dedicó a difundir estas bandas en EEUU, donde tuvieron bastante éxito en Nueva York, Los Angeles y Orange County. La popularidad de las bandas 4AD tuvo como resultado la creación de una discográfica similar llamada Projekt Records. Esto produjo lo que se llama coloquialmente 'una ola etérea’, es decir, un subgénero de música dark.
Hacia mediados de los ’90, los estilos de música que los góticos escuchaban en sus reuniones iban desde el rock gótico, el death rock, la música industrial, Gothabilly, EBM, experimental, punk rock hasta el glam rock de los ’70, el rock indie y la música dance de los ’80. Esta variedad fue resultado de los eclécticos gustos de los miembros del grupo.
En los últimos años ha habido una resurrección del punk positivo temprano y del sonido ‘rock death’, en reacción contra el agrotech, el pop futurista, industrial y sintético que llegó a la mayoría de los clubes góticos. Bandas con un sonido gótico como Cinema Strange, Bloody Dead and Sexy, Black Ice y Antiworld se volvieron muy populares.
Actualmente, la música gótica tiene mucho éxito en Europa del Este, sobre todo en Alemania, donde se realizan enormes festivales como el Wave-Gotik-Treffe, M’era Luna, entre otras, que atraen a miles de seguidores de todas partes del mundo. Sin embargo, Norteamérica todavía tiene eventos da gran escala, como el Festival Chamber’s dark art & music festival.
Cultura gotica: Influencias históricas
Origen del término
Los góticos originales pertenecían a una tribu germánica que jugó un importante rol en la caída del imperio romano de occidente. En algunos círculos, el término ‘gótico’ se volvió peyorativo; pasó a ser sinónimo de ‘bárbaro’ a causa de la visión contemporánea a la caída de Roma y las descripciones de las tribus góticas paganas durante el proceso de cristianización de Europa. Durante el Renacimiento europeo, la arquitectura medieval pasó a recibir la denominación de gótica y fue considerada pasada de moda en contraste con las líneas de la arquitectura clásica.
En Inglaterra, hacia finales del 1700, la nostalgia por el período medieval llevó a una fascinación por las ruinas góticas medievales. Esta fascinación solía combinarse con el interés por los romances medievales, la religión católica y lo sobrenatural.
Cultura gotica: Influencias históricas
La novela gótica de fines del siglo XVIII fue un género fundado por Horace Walpole con la publicación de su obra ‘The castle of Otranto’ en 1764. Inicialmente afirmó que el libro era un romance medieval que había descubierto y republicado. Así nació la asociación de la novela gótica con documentación falsa para incrementar su efecto. En consecuencia, el término fue asociado con el horror, el morbo, la oscuridad y lo sobrenatural así como con el camp y la auto-parodia. Esta novela gótica estableció gran parte de la iconografía de la literatura y el cine posteriores, como los cementerios, los castillos arruinados, los fantasmas, los vampiros, las pesadillas, las familias malditas, los entierros de gente viva y las tramas melodramáticas. Un elemento adicional es la figura del villano gótico; el más famoso es el vampiro, que surgió a partir de las leyendas folclóricas de Europa del Este y los Balcanes.
Ciertos elementos del dark, la música atmosférica y la vestimenta de la escena post-punk forman parte del gótico. El uso de ‘gótico’ como adjetivo en la descripción de la música y sus seguidores llevó al establecimiento del término ‘gótico’.
Siglo XIX
La historia del Jinete Decapitado de la época de la guerra Revolucionaria, inmortalizada en el cuento de Washington Irving ‘La leyenda de Sleepy Hollow’ (publicada en 1820), marcó la llegada al Nuevo Mundo de las historias románticas y tenebrosas. El cuento fue escrito por Irving mientras vivía en Inglaterra, y estaba basado en los cuentos populares relatados por los habitantes holandeses del valle del río Hudson, Nueva York. La historia fue adaptada para el cine en 1922 y en 1949 con 'The adventures of Ichabod and Mr. Toad'. Fue readaptada en 1980 y posteriormente en 1999 con el nombre de 'Sleepy Hollow', esta última dirigida por Tim Burton. El director, aunque ya era conocido por las películas 'Edward Scissorhands’, ‘Beetlejuice’ y ‘Batman’, creó una atmósfera literaria llena de oscuridad y sombra.
A lo largo de la evolución de la cultura gótica, la literatura romántica, gótica y de horror jugaron un papel importante. Keats, Poe, Lovecraft, Baudelaire y otros escritores se convirtieron en figuras emblemáticas de la cultura, así como el uso del delineador negro y de los atuendos negros. Baudelaire, escribió en el prefacio de 'Las flores del mal' líneas que podrían servir como una suerte de maldición gótica:
‘¡Es el aburrimiento! –un ojo cargado de una lágrima involuntaria,
Sueña con las horcas en los gases de su pipa.
Tú conoces, lector, este frágil monstruo,
-hipócrita lector-, -mi espejo-, -mi hermano!
Influencias del siglo XX de la cultura gótica
La influencia de la novela gótica sobre la cultura homónima puede verse en numerosos ejemplos de su poesía y música, aunque esta influencia viene de segunda mano, a través de la imaginería popular, de las películas de horror y la televisión. Las poderosas imágenes de las películas de terror comenzaron con el cine expresionista alemán tras la 1º guerra mundial, y luego pasaron a las películas de Universal Studios en las décadas del ’20 y el ’30. Hacia 1960, series de TV como ‘La familia Adams’ y ‘The Munsters’ usaron estos estereotipos para hacer comedia al estilo camp. El héroe byroniano fue un precursor clave para la imagen gótica masculina, mientras que el retrato icónico de Drácula protagonizado por Bela Lugosi llamó poderosamente la atención de los primeros góticos. Se sintieron atraídos por el aura amenazante de Lugosi, su elegancia y mística. Algunas personas incluso atribuyeron al primer single de la banda Bauhaus, ‘Bela Lugosi’s dead’, el comienzo de la cultura gótica, aunque muchos movimientos artísticos anteriores también influyeron sobre el estilo y la moda góticos. Otros ejemplos notables incluyen a los Siouxsie Sioux, del grupo musical Siouxsie and the banshees, y Dave Vanian de la banda The Damned. Algunos miembros de Bauhaus eran estudiantes de bellas artes, o artistas activos incluso.
Influencias del siglo XX de la cultura gótica
Algunos de los artistas del rock gótico inicial adoptaron imágenes de las películas de terror tradicionales, y también tomaron elementos de las bandas de sonido para inspirarse. Sus seguidores continuaron esta tendencia adoptando vestimenta y accesorios adecuados. El uso de objetos de utilería de películas de terror como el humo, murciélagos de plástico y telarañas formaban parte de la decoración de los clubes góticos. Estos elementos pasaron de boca en boca en un principio, pero a medida que el tiempo pasaba, las bandas y los miembros de la cultura se tomaron la conexión más en serio. Como resultado, los temas morbosos, sobrenaturales y ocultistas se convirtieron en objetos de gran seriedad. La conexión entre el horror y lo gótico creció gracias a 'The hunger', una película sobre vampiros de 1983 protagonizada por David Bowie, Catherine Deneuve y Susan Sarandon. En la película aparecía la banda gótica Bauhaus tocando '‘Bela Lugosi’s dead’ en un club nocturno. En 1993, Whitby se convirtió en la locación para lo que fue el festival gótico más grande de Inglaterra, ya que era un lugar relacionado con la novela de Bram Stoker, ‘Drácula’.
Una de las influencias literarias en la escena gótica fue Anne Rice, quien reinventó la idea del vampiro. Los personajes de Rice luchaban contra la eternidad y la soledad, además de lidiar con una sexualidad ambivalente o trágica, todo lo cual atrajo a muchos lectores góticos que popularizaron sus obras desde los ochenta hasta los noventa.
Influencias mediáticas posteriores
A medida que la cultura se fue estableciendo, la conexión entre el gótico y la ficción de terror se volvió un estereotipo. Los góticos solían aparecer como personajes de las novelas y las películas de terror. Por ejemplo, ‘The crow’ hizo uso de la música gótica y su estilo. La serie de novelas gráficas aclamadas de Neil Gaiman ‘The sandman’, influyó en los góticos con personajes como el oscuro Dream y su hermana Death.
Influencias del arte visual
La cultura gótica influyó a distintos artistas, no sólo músicos sino también pintores y fotógrafos. En general, sus obras están basadas sobre temas místicos, morbosos y románticos. En la fotografía y la pintura los temas van desde las obras eróticas hasta las imágenes románticas de vampiros o fantasmas. En el campo de las Bellas Artes, Anne Sudworth es una conocida artista gótica que crea obras oscuras y nocturnas con una fuerte imaginería gótica.
Algunos de los artistas gráficos cercanos al gótico son Gerald Brom, Nene Thomas, Luis Royo, Dave McKean, Jhonen Vasquez, Trevor Brown, Victoria Francés y James O'Barr. H.R. Giger es una de las primeras artistas gráficas que realizó serias contribuciones a la imagen gótica/industrial de gran parte del cine moderno gracias a su trabajo en ‘Alien’ de Ridley Scott.
Ideología de la cultura gótica
Es difícil definir la ideología de la cultura gótica por distintas razones. En primer lugar se encuentra la importancia fundamental del ‘temperamento’ y la ‘estética’ de las personas involucradas. Estos elementos están en parte inspirados por el romanticismo y el neoromanticismo. El atractivo de la imaginería tenebrosa, misteriosa y oscura radica en la tradición de la novela gótica romántica. A fines de los siglos XVIII y XIX, los sentimientos de horror y el terror a lo sobrenatural fueron motivos populares en la literatura. El proceso continuó en el cine de terror moderno. Otro elemento central del gótico es su deliberado sentido de dramatización y teatralidad, ambos presentes en la literatura gótica así como en la cultura.
Los góticos, en lo que respecta a su cultura, no apoyan la violencia. Muchos de los medios los asociaron incorrectamente con la violencia, el odio a las minorías, la supremacía de la raza aria, y otros hechos semejantes. Sin embargo, ni la violencia ni el odio forman parte de su ideología. De hecho, la ideología se formó a partir del reconocimiento, la identificación y el dolor por los males sociales y personajes que la cultura dominante desea ignorar.
Ideología de la cultura gótica
El segundo impedimento para definir con claridad a la cultura gótica es su naturaleza apocalíptica. Aunque la oposición a las normas sociales era muy riesgosa en el siglo XIX, en la actualidad es mucho menos radical. Es por eso que el significado de la rebeldía gótica es limitado, y toma elementos de la cultura occidental. A diferencia de los movimientos punk o hippie, los góticos no tienen un mensaje político ni predican un activismo social. La cultura está caracterizada por su énfasis en el individualismo, la tolerancia a la diversidad, el acento sobre la creatividad, la tendencia hacia el intelectualismo, el disgusto hacia el conservadurismo social y una tendencia media hacia el cinismo, pero estas ideas no son aplicables a todos. La ideología gótica está basada más sobre la estética y la ética simplificada antes que en la política.
Sin embargo, los góticos pueden tener inclinaciones políticas que van desde la izquierda a la derecha, pero no las expresan como parte de su identidad cultural. Tanto las afiliaciones políticas como la religión son vistas como cuestiones personales. Aunque no hay una religión que una a los góticos como movimiento, la imaginería espiritual, sobrenatural y religiosa tiene un papel importante en la moda, las letras musicales y el arte visual góticos. Elementos de la religión católica suelen aparecer en la cultura gótica. Las razones por las que se usan son varias: puede ser por afiliación religiosa, satirización o efectos decorativos.
Aunque el contacto con la cultura puede ser satisfactorio, también se puede convertir en un riesgo, sobre todo para los jóvenes por la atención negativa que pueden generar debido a las malas interpretaciones del público general sobre la cultura gótica. El valor que los jóvenes encuentran en dicho movimiento queda evidenciado en la continuidad de la cultura desde los ochenta, a diferencia de otras que murieron en su momento, como los Neo-Románticos.
Moda
La moda gótica consiste en el uso de prendas negras, de estilo morboso y erótico. El típico atuendo gótico incluye los siguientes elementos: cabello teñido de negro, delineador negro, uñas pintadas de negro, ropa de época negra; también pueden tener piercings. Los estilos suelen imitar el de los períodos victoriano, isabelino o medieval, y generalmente expresan imaginería católica mediante el uso de crucifijos u otros objetos. El alcance hasta el que los góticos se atienen a este estilo varía según los individuos y las localidades geográficas. Los diseñadores de moda, como Alexander McQueen y John Galliano practicaron lo que fue llamado 'Haute Goth' ('Gótico de alta costura'). La moda gótica suele confundirse con la moda del heavy metal.
FUENTE: http://www.linkmesh.com/gotico.php
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