El Triangulo de las Bermudas un gran enigma

El Triángulo de las Bermudas (conocido también como "el Triángulo del Diablo" ) es un área geográfica con forma de triángulo, con un área aproximada de 1,1 millones de km², situada en el océano Atlántico entre las islas Bermudas, Puerto Rico y Fort Lauderdale (Florida).
Mapa del triángulo de las Bermudas.
Es famoso porque a mediados del siglo XX varios escritores publicaron artículos en revistas acerca de la presunta peligrosidad de la zona.
Sin embargo las estadísticas de la Guardia Costera de los Estados Unidos no indican que en esa zona haya más desapariciones de barcos y aviones que en otras zonas de igual tráfico.

Los temas de mas interes sobre dicho caso son:
1.El caso del vuelo 19
2.El caso del Mary Celeste
3.El caso del Atlanta

1.-
todo empeso un dia muy bueno con sol en abundancia, mares en calma y un cielo azul libre de casi por completo de nubes, el personal de la Marina y la Aviación aún continuaba con sus cotidianos entrenamientos. Por aquellos días, la base aérea de Fort Lauderdale, en la Florida, estaba particularmente preocupada en mantener a sus pilotos adiestrados.
Era el 5 de Diciembre de 1945, un día como cualquier otro, y 5 aviones Avenger TBM estaban listos para despegar. Su Misión consistía en alejarse 160 millas al este, en línea recta, dar vuelta al norte y regresar a su base, en un vuelo de entrenamiento. La tripulación de cada uno de los aviones constaba de tres hombres,a esepcion de uno que se sintio enfermo y prefirio quedarce en tierra, A las 2:00 de la tarde despegaron sin novedad los cinco aviones y, tomando en seguida la formación de vuelo, se lanzaron rumbo al mar a buena velocidad.
A las 3:45, un mensaje desconcertante cruzó el espacio hasta la torre de control:
"Torre de control torre de control .Esta es una emergencia. Nos hemos salido de curso . Parece que nos hemos salido de curso " "Parece que nos hemos perdido. No estamos seguros de nuestra posición ¡No podemos avistar tierra!"
Torre de control: "Asuman el rumbo hacia el oeste pronto verán tierra.".
Vuelo 19: "No sabemos hacia donde esta el oeste. Todo esta mal. Es tan extraño El mar luce muy raro ".
Y ahí se corto la comunicación. Había demasiada estática a pesar del buen tiempo, y por momentos se escuchaban los diálogos de los pilotos entre sí. Diez minutos más tarde se restableció el contacto. Los radioperadores podían escuchar en la base el ruido de los motores, pero no las voces de los pilotos. Para entonces, el pánico había hecho presa de las tripulaciones; ya no eran pilotos experimentados, sino hombres invadidos por un temor monstruoso.
La tensión del momento fue rota al escucharse otra vez las conversaciones de los miembros del escuadrón: "Estamos completamente perdidos Y parece que " Estas fueron sus últimas palabras. En la base de Fort Lauderdale todo era desconcierto. Durante todo el tiempo que duró la comunicación, parte del personal de la torre se había preocupado por trazar posiciones y calcular la ruta que habían seguido al extraviarse.
Intentaron hacer contacto con otras naves próximas al área; pero todo fue en vano. Sólo quedaban conjeturas. ¿Qué había podido desorientarlos de ese modo? ¿Cómo explicar las interferencias de la radio en un día tan claro? Y sobre todo, ¿Qué peligro habían enfrentado, que los había hecho perder la calma de ese modo?
Como los bombarderos habían sido checados antes de partir y contaba cada uno de ellos con un aparato radiotransmisor, más que pensar en una falla mecánica el personal de tierra temía que un disturbio atmosférico los hubiese dañado.
Inesperadamente, el Martin Mariner quien era veterano de aviacion consiguió trabar comunicación con el Vuelo 19:
Hidroavión Martin: "Vuelo 19, estamos volando hacia ustedes para guiarlos de regreso ¿Qué altitud tienen?"
La interferencia no dejó escuchar completa la respuesta del Vuelo 19, pero las últimas tres palabras se oyeron perfectamente: "¡No nos sigan !" Y se perdió la señal.
Todo el diálogo había sido captado también en la base. Desde algún lugar desconocido, los pilotos habían alcanzado a enviar un mensaje para alentar a sus compañeros. Pero, ¿de qué? Mientras tanto, la tripulación del Martin Mariner, más alerta que nunca, escudriñaba metro por metro la superficie del mar. Durante los siguientes siete minutos, el comandante del hidroavión se estuvo reportando a la base.
Al parecer no había huellas del naufragio en la zona. Pocos minutos después dejó de escucharse la señal del Martin Mariner. No había contacto en ninguno de los sentidos con su tripulación. El silencio que siguió al último mensaje nunca más fue roto. Nunca más los marinos volverían a ser vistos ni escuchados. El comandante de la base, más perplejo que nunca, dio orden de comenzar lo que sería la búsqueda más intensiva y cuidadosa llevada a cabo en mar y aire; pero también la más infructuosa.

2.-
Dentro de los sucesos acaecidos en el Triangulo de las Bermudas se encuentra uno verdaderamente desconcertante, es el caso del bergantín Mary Celeste, de matrícula norteamericana, que fue encontrado a la deriva en el Atlántico sur, sin ningún desperfecto solo le faltaba la tripulación. El 5 de diciembre de 1872, el bergantín Dei Gratia divisó un barco con características muy conocidas para sus tripulantes. Al acercarse lo reconocieron de inmediato. Pero extrañamente, el Mary Celeste se balanceaba sin rumbo definido. ¿Qué había sucedido con sus hombres?.
Había zarpado de Nueva York rumbo a Génova el 7 de noviembre, con un cargamento de alcohol industrial. Al mando del navío iba el capitán Benjamin Spooner Briggs. Lo acompañaban su esposa Sara y su hijita Sofía, de dos años. La tripulación la formaban ocho marinos; en total, constaba de once personas. Dos días antes de partir, el capitán había comido con David R. Morehouse, capitán del Dei Gratia. Mantenían una sólida relación amistosa y se conocían de hacia ya muchos años.
En esa ocasión al despedirse, se desearon suerte mutuamente y se dirigieron a sus respectivos navíos. Briggs partió dos días después. Morehouse habría de partir hasta el once de noviembre, aunque con ruta algo distinta. 23 días después, el destino haría encontrarse a sus naves en medio del Atlántico.
Cuando por fin lo abordaron ya había caído la noche. La luna iluminaba la escena de un mar tranquilo. A bordo nadie respondió a los llamados. El único ruido provenía del balanceo del casco pero no había nadie a la vista.
El timón sin gobierno, estaba a merced de las olas, pero a pesar de ello, el bergantín había llegado a ese punto, sosteniendo su curso como guiado por la mano experta de un timonel. Revisando su interior, encontraron todo en orden, el libro de bitácora en la cabina del piloto y los camarotes intactos. Todo parecía indicar que había sido abandonado con gran prisa. Pero en el cuarto de bombas había una pequeña inundación de aproximadamente un metro de altura; la escotilla y la caja de bitácora estaban abiertas, así como también el tragaluz de la cabina. El compás de la bitácora estaba destruido, extrañamente.
Cada vez más sorprendidos, los dos marineros siguieron explorando el interior del barco. Al llegar a la cocina, no pudieron dar crédito a lo que veían: en la estufa, aún encendida, una tetera despedía bocanadas de vapor. Tal parecía que tan sólo unos minutos antes todavía había gente abordo.¿Pero dónde estaban en ese momento? Las sorpresas continuaron. Había ropa tendida, aún húmeda en los tendederos. Y había algo que faltaba ¡el bote salvavidas!. El libro de bitácora no mostraba nada anormal; su última anotación decía: "Nos encontramos a unas 110 millas al oeste de la isla Santa María, en las Azores" Estaba fechada el 24 de noviembre. Según este último dato, la anotación había sido hecha cuando el Mary Celeste se encontraba a unas 500 millas de donde fue encontrado.
tiempo despues el misterioso "Mary Celeste" seguía sin dar luces sobre lo ocurrido en su interior. Desde que el solitario bergantín fue encontrado por el "Dei Gratia", hasta nuestros días, las teorías vertidas sobre tan extraña desaparición han sido de lo más variadas y peregrinas: raptos, asesinatos, piratería, “extraterrestres”, el terrible Kraken (pulpo gigante), islas misteriosas..., todo un sinfín de hipótesis a las que luego se unieron relatos adornados por la tinta de escritores como H.G. Wells y Arthur Conan Doyle. Pese a todo, nadie ha podido explicar satisfactoriamente los motivos que llevaron a sus tripulantes a abandonar el barco...
Así, a pesar de haber descubierto el lugar donde reposaban los míticos restos del "Mary Celeste", el destino de su tripulación permanecerá oculto tras sus paredes de madera degradadas por el agua salada. El enigma continuará cautivando a las futuras generaciones. Es una historia de mar que nunca será olvidada, y que saldrá a la luz cada vez que se hable del Triángulo de las Bermudas.

3.-
Pocos años después de la desaparición de los marinos del Mary Celeste, ocurrió otro hecho desconcertante en el área de las Azores. A fines de abril de 1880, el almirantazgo inglés se hallaba preocupado. Desde principios de año, ninguna noticia se había recibido del barco de entrenamiento Atlanta, con más de 300 cadetes a bordo.
Después de buscarlo durante una semana, el vapor Salams no había reportado ninguna novedad. El viaje de la Atlanta se había iniciado en enero, para hacer la travesía de las Bermudas a Inglaterra, como parte del entrenamiento de sus cadetes. Aunque el viaje era largo, tenían proyectado arribar a Portsmouth el primero de marzo, por lo que el retraso de casi dos meses hacía pensar en algún desastre. Para hacer dicho viaje, el Atlanta debía pasar por las inmediaciones de las Azores.
La primera esperanza provino del buque de guerra Avon, también de la Marina Real, que reportó haber observado restos de algún naufragio en las cercanías de las Azores. La identificación de los restos no había sido posible. Pero de nuevo, la búsqueda posterior fue infructuosa; no había ni sobrevivientes ni resto alguno del naufragio. Simplemente no había rastro.
Toda una serie de supuestos mensajes de los sobrevivientes fueron probados fraudulentos. Pero entre ellos, hubo dos dignos de tomarse en cuenta. El más significativo fue recibido de las aguas de la bahía de Boston, en Norteamérica. Escrito en una hoja de agenda de bolsillo, tenía garrapateado el siguiente texto, obviamente escrito en premura:
"Abril 18 de 1880: buque de entrenamiento Atlanta. Nos estamos hundiendo en la longitud 27, latitud 32; quien quiera que encuentre el mensaje, que lo de a conocer... John L. Hutchings." Auténtico o no, el mensaje es importante por un detalle: la posición. Esa posición está muy cercana al lugar donde fue encontrado el Mary Celeste había sido localizado sin tripulantes. Sin embargo, la autenticidad de este mensaje nunca se constató; pues no se sabía a ciencia cierta si existía a bordo alguien con apellido Hutchings. La zona prohibida había engullido otro navío, con más de 300 personas a bordo.
En mal día, el Dei Gratia, en ruta hacia Gibraltar, avisto a la distancia lo que parecía ser otro bergantín. El primer oficial de abordo, Oliver Deveau, enfoco el navío con su catalejo. Se acercaba a velocidad moderada y dos de las velas del mástil trasero faltaban; parecía ser el Mary Celeste. Tomando el catalejo para observar, el capitán Morehouse identificó de inmediato a su viejo conocido. Ordeno de inmediato hacer las señales de rigor preguntando por Briggs. No hubo respuesta del Mary Celeste. Parecía abandonado y eso acabo por inquietar a Morehouse.

todas estas historias son basadas en hechos reales y sen encuentran en la pagina:http://www.geocities.com/area51/cavern/4535/TEMAS.HTM

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