
Corea de Sydenham
Sinónimos
* Baile de San Vito
* Corea reumático
* Corea menor
Código CIE-9: 392
La corea de Sydenham (Código CIE-9-MC: 392) es una enfermedad neurológica rara, inflamatoria degenerativa del sistema nervioso central (encéfalo y médula espinal), no progresiva.
La corea comporta un trastorno del movimiento a menudo de comienzo insidioso, de duración limitada, que se caracteriza por movimientos sin propósito aparente, involuntarios, y no repetitivos, que terminan por desaparecer sin dejar secuelas neurológicas.
Algunas veces los síntomas son muy leves, y origina solo alteraciones psíquicas transitorias como la irritabilidad, inquietud, inestabilidad emocional.
Se trata de una complicación inflamatoria de las infecciones por estreptococos β-hemolíticos del grupo A causantes de la fiebre reumática. De esta rara enfermedad solo se conocen 1000 casos de los cuales 20 pertenecen a Mexico
Tratamiento
Los casos leves de corea de Sydenham pueden ser tratados mediante tratamientos conservadores, con restriccion de toda clase de estres, los casos graves pueden ser tratados con un esquema de diazepam mas una fenotiazida o haloperidol en caso de ineficacia para la primera.
Definición
Es un trastorno del movimiento que ocurre con fiebre reumática.
Causas, incidencia y factores de riesgo
La corea de Sydenham es uno de los signos principales de la fiebre reumática aguda. En este artículo se aborda por separado dado que puede ser el único signo de fiebre reumática en algunos pacientes.
La corea de Sydenham se presenta con mayor frecuencia en niñas antes de la pubertad, aunque también se puede observar en niños.
Síntomas
* Cambios en la escritura a mano
* Movimientos espasmódicos, incontrolables y sin ningún propósito en diferentes grupos musculares (similar a fasciculaciones)
* Pérdida del control de la motricidad fina, especialmente de los dedos y de las manos
* Pérdida del control emocional con ataques inapropiados de llanto y risa
* Síntomas de fiebre reumática (ver: fiebre reumática aguda)
Signos y exámenes
Pueden presentarse antecedentes de dolor de garganta durante varias semanas antes de la corea de Sydenham.
Entre los exámenes que pueden mostrar signos de fiebre reumática está la tasa de sedimentación eritrocítica (ESR, por sus siglas en inglés).
Se pueden hacer diferentes exámenes para identificar si el niño puede tener una infección por estreptococos.
Tratamiento
Se administran antibióticos contra los estreptococos que son las bacterias que causan la fiebre reumática. El médico puede prescribir antibióticos preventivos (profilaxis con antibióticos).
El tratamiento complementario se brinda en la medida de lo necesario para controlar los síntomas de la corea de Sydenham, especialmente los movimientos constantes. Se puede recomendar el uso de sedantes en casos graves.
Expectativas (pronóstico)
Generalmente, la corea de Sydenham se resuelve en unos pocos meses. En casos raros, una forma inusual de la corea de Sydenham puede iniciarse posteriormente en la vida.
Complicaciones
Se espera que no haya complicaciones.
Situaciones que requieren asistencia médica
Consulte con el médico si su hijo desarrolla movimientos espasmódicos o incontrolables, especialmente si el niño ha tenido recientemente dolor de garganta.
Prevención
Preste cuidadosa atención a los niños que se quejan de dolor de garganta y proporcione un tratamiento oportuno para prevenir la fiebre reumática aguda. Si hay un antecedente familiar fuerte de fiebre reumática, esté especialmente atento, ya que sus hijos pueden tener mayor probabilidad de presentar esta infeccion.
¿quien fue sydenham?
Especial: Thomas sydenham
THOMAS SYDENHAM (1624 - 1689)

Podemos afirmar que la patología moderna se constituyó cuando las observaciones clínicas objetivas e independientes de prejuicios teóricos se convirtieron en su fundamento de modo consciente y sistemático. A esta tarea constribuyó de forma decisiva el clínico inglés Thomas Sydenham.
Nació Sydenham en 1624 en Winford-Eagle (Condado de Dorset) en el seno de una familia puritana y bien situada. Empezó sus estudios en Oxford, que tuvo que interrumpir debido a la guerra civil. Fue capitán del ejército de Cromwell. Se da la circunstancia de que luchó contra otro gran nombre de la medicina: William Harvey, que acompañaba en este caso al rey Carlos I y al que fue fiel hasta su ejecución en 1649. Sydenham regresó a Oxford donde terminó los estudios de bachiller en medicina en 1648. Parece que también estudió en la Universidad de Montpellier, donde fue alumno de Barbeirac, según aseguran algunos. Ejerció en Londres, aunque sus ideas políticas imposibilitaron su pertenencia al Royal College of Physicians. Hay que tener en cuenta que en 1660 volvió al trono Carlos II con las consiguientes consecuencias para los que habían apoyado la otra causa.
Sydenham fue gran amigo de Robert Boyle, que le recomendó el estudio clínico de las epidemias de Londres y que dio como fruto un libro publicado en 1666 con el título de Methodus curandis Febres. Su notoriedad llegó a oídos de John Locke en Oxford; cuando éste fue trasladado a Londres entabló una fuerte amistad con Sydenham, que le acompañaba todos los días en su visita médica impresionado por su excelente práctica. Desde los treinta años padeció de gota y, en edad más avanzada, de litiasis urinaria. Murió en 1689 a los dos años de recibir el grado de doctor en la Universidad de Cambridge, donde había estudiado uno de sus hijos. Fue enterrado en la Abadía de Westminster.
Sydenham, quien recomendaba la lectura del Quijote, era un insatisfecho con la medicina de su tiempo, una mezcla -como señala Laín- de galenismo residual, iatromecánica y iatroquímica. Decía que los cultivadores de esa medicina se alejaban de la experiencia clínica y asignaban a las enfermedades "fenómenos que jamás han acontecido, como no sea en su propio cerebro". Quería -sigue diciendo Laín- como Descartes, "notitia clara ac distinta" de la realidad; y como Bacon, un saber exclusivamente basado en la experiencia. Por ello postuló el retorno al hipocratismo, al contacto ingenuo, inmediato y constante con la realidad del enfermo, tal como ésta se ofrece a los sentidos.
El programa de Sydenham pretendía "exponer con nitidez los fenómenos de cada enfermedad, sin fundarlos en hipótesis alguna ni reunirlos de manera forzada".
Reunió su amplia experiencia clínica en el libro Observationes medicae (1676) en cuyo prólogo expuso un programa para construir una nueva patología basado en la descripción de todas las enfermedades "tan gráfica y natural como sea posible" ordenando los casos de la experiencia clínica en especies igual que hacían los botánicos.
Basándose en la regularidad de los fenómenos naturales, incluso cuando se trata de alteraciones, Sydenham afirmó así la necesidad de describir de forma inductiva las "especies morbosas" o las "entidades nosológicas" con los planteamientos metodológicos de Francis Bacon y de John Locke, la noción de especie botánica del fitógrafo John Ray y la postura antisistemática del químico Robert Boyle.
Sydenham insistió en la necesidad de apartarse de los prejuicios teóricos cuando se observaba a los enfermos, ateniéndose a los fenómenos que pueden ser recogidos y separando claramente los síntomas principales (peculiares de cada especie morbosa y que se presentan de forma constante en todos los enfermos que la padecen) de los síntomas secundarios o accidentales (que dependen de circunstancias concretas como el tratamiento que han recibido, la edad del enfermo, su estado general, etc.).
La patología de Galeno definía los modos de enfermar según la íntima consistencia fisiopatológica del transtorno morboso; algo parecido consideraron los aitroquímicos y los iatromecánicos del siglo XVII.
Sydenham, en cambio, propuso una nosografía y una nosotaxia completamente empíricas, atenidas exclusivamente a lo que los sentidos del clínico puedan percibir en el cuerpo del enfermo.
Sydenham no se quedó en el nivel teórico sino que personalmente comenzó a hacer realidad su programa. Publicó descripciones nosográficas de la histeria, de la gota, la hidropesía, de la lúes venérea, etc. Logró hacer descripciones geniales, pero otras fueron artificiosas como, por ejemplo, la febris variolosa, la febris dysenterica sine dysenteria, etc. En la obra de Sydenham no debe buscarse, sin embargo, una "patología especial" ordenada sistemáticamente.
En cuanto a la terapéutica, Sydenham aspiraba a encontrar una medicación específica capaz de obrar de forma rápida lo que la naturaleza hace lentamente y sujeta a errores. En su distinción entre enfermedades agudas y crónicas, pensaba que en las primeras el médico tenía que eliminar de forma rápida y certera la causa borbi; en las crónicas, destruyendo la enfermedad en su especie, conforme al plan de Paracelso. Pero en esa época prácticamente sólo se conocía la quina como específico; ni siquiera se consideraba como tal al mercurio contra la sífilis. Prefirió el uso de las plantas frente al de minerales, de acción más específica aunque menos radical que estos. Su "botiquín" fue sencillo: hierro y quina como roborantres; antimonio, mercurio y jalapa como evacuantes; opio en forma de "láudano de Sydenham" y otros sedantes y narcóticos; y poco más.
La fama de Sydenham surgió tras su muerte y, sobre todo, gracias al holandés Hermann Boerhaave (1668-1738), profesor de Leyden que llegó a ser llamado "communis Europeae praeceptor". Él asoció el programa de Sydenham a la enseñanza junto a la cama del enfermo e insistió en la realización de las necropsias para buscar la lesión anatómica.
Aparte del epónimo "láudano de Sydenham", nos han quedado también la llamada "tos de Sydenham", (espasmo histérico de los músculos respiratorios) y la "corea de Sydenham" (enfermedad inflamatoriodegenerativa del sistema nervioso central que suele aparecer entre los seis y los quince años en niños con antecedentes reumáticos o cardíacos. Se manifiesta con un síndrome hipercinético o hipotónico caracterizado por movimientos desordenados, involuntarios arrítmicos, generalizados, algunas veces muy leves, y origina alteraciones psíquicas transitorias como la irritabilidad, inquietud, inestabilidad emocional, etc.Esta enfermedad tiene un pronóstico favorable y suele curar en poco tiempo).
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